Lo mejor es seguir trabajando en los proyectos de interés que se han presentado a la administración del Estado hasta que salga el Registro de los mismos, ya que después el tiempo será ajustado para su cumplimentación y puesta en marcha”. Este es el consejo de Rafael Ripoll, experto en consultoría estratégica de asuntos europeos, en un encuentro online organizado por CESUR, Asociación de Empresarios del Sur de España. “Es lógico que estemos en una situación de incertidumbre -que nos pasa a todos- ante la fala de información del trámite de los proyectos presentados, pero al final el dinero de Europa llegará y tendrá que aplicarse, por eso lo mejor es seguir trabajando en su desarrollo”, ha concluido. 

Durante una hora, Ripoll ha desgranado las claves de los requisitos marcados por Bruselas y canalizados por el Gobierno de España para que los proyectos que se presenten por parte de las entidades, tanto públicas como privadas, puedan ser beneficiados con estos fondos de 140.000 millones de euros que tratarán de regenerar nuestra economía afectada por la pandemia del Covid-19.

Ripoll ha hecho hincapié en que los proyectos estén enmarcados en las 10 “palancas” en las que el Gobierno español ha traducido los requisitos del reglamento europeo, como son: cohesión territorial, modernización del sistema fiscal, educación, impulso por la industria, modernización y digitalización, nueva economía, administración para el siglo XXI, agenda urbana y rural, pacto por la ciencia y transición energética.

Por otra parte, Ripoll ha explicado cómo el Real Decreto que recoge este sistema de financiación europeo contempla aligerar la simplificación en el procedimiento de contratación pública de manera excepcional para estos proyectos, desregularizando al máximo de los procedimientos habituales de contratación pública.

Así mismo, otro de los requisitos que contempla el marco europeo para optar a los Fondos Covid, es la colaboración público-privada. “Tiene buena acogida en la recepción de los proyectos la idea del compromiso mutuo entre aquel que libera el fondo, las instituciones europeas, y el receptor de la misma”, ha asegurado Rafael Ripoll.

Este tipo de colaboración entre entidades es clave en la definición de los denominados Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) que Ripoll describe como “proyectos estratégicos con capacidad de arrastre e impacto” y que deben tener “enorme efecto multiplicador en otros espacios territoriales”. Además, aclara que los PERTE “pueden ser un solo proyecto, perfectamente definido”, pero que también se “abre el espectro a la posibilidad de proyectos integrados, que albergan distintos proyectos insertados entre sí que presentan una estructura colectiva y emanan de un mismo sector”.