La que fuera elegida mejor directivo del año en el sector aeronáutico de Andalucía cree en la igualdad de oportunidades: «Me da igual el género de las personas que trabajan conmigo. Lo importante son sus competencias»

La economista y asesora fiscal Paz Gutiérrez es CEO de Grabysur, una empresa sevillana del sector aeronáutico especializada en la fabricación de paneles iluminados de visión nocturna para los aviones militares de Airbus. No hay ninguna otra compañía en España homologada para hacerlo y en toda Europa no hay más de seis. Poco antes del confinamiento, esta ejecutiva sevillana recibió el premio al «mejor directivo de la industria aeronáutica andaluza» que otorga Andalucía Aerospace, un «cluster» del que forman parte una treintena de empresas punteras en tecnología e investigación. Aunque ese día fue seguramente uno de los más felices de su carrera profesional, dice que se siente igual de orgullosa cuando un cliente le muestra su satisfacción por alguno de

 los productos que fabrica su compañía, situada en el Polígono Aerópolis de Sevilla y a la que ella denomina «el taller». A pesar de las terribles consecuencias de confinamiento en el sector de la aviación, ella se muestra optimista. «Ser pesimista es un lujo que no nos podemos permitir, aparte de un atraso y un impedimento para ser feliz», dice.

No es ingeniera sino economista. ¿Qué hace en la industria aeronáutica?

Estudié Económicas y me gusta mucho la asesoría fiscal, que es a lo que me dediqué durante muchos años. Tuve mi propio despacho y vivimos unas experiencias preciosas. Trabajas con muchísima gente, empresas grandes y pequeñas, incluso pequeños talleres, lo cual me dio muchas perspectivas de gestión, tanto de la que gente que triunfa como de la que fracasa. Trabajé mucho y aprendí mucho.

¿Le gustan los impuestos?

Me gusta todo el tema tributario. Un amigo me dijo que habría sido una buena inspectora de Hacienda, pero me daría pena levantar actas contra nadie.

¿Se está mejor al otro lado?

El otro lado no es fácil y es un trabajo desagradecido porque casi siempre le tienes que dar al cliente malas noticias. Los asesores fiscales no tenemos ninguna varita mágica y las soluciones que podemos dar no suelen satisfacer las expectativas del cliente de no pagar impuestos o arreglarle por completo una inspección. Es un trabajo bonito pero acabé un poco cansada y a través de un amigo me enteré de que buscaban a un director de administración y finanzas de una empresa aeronáutica. Me lié la manta a la cabeza y me fui a trabajar allí.

¿Sabía algo de la industria aeronáutica?

No, absolutamente nada. Pero me encantó el cambio y aprendí muchísimo. Era una empresa más grande de las que acostumbraba a asesorar y con una visión de los negocios en el sector aeroespacial. Planeé estar sólo un año y me quedé tres. Durante esos tres años Grabysur, a la que yo ya asesoraba desde hacía tiempo, empezó a demandar más de mis servicios y acabó proponiéndome que me hiciera cargo de la parte financiera. Y ya llevo ocho años aquí.

Sus compañeros le han designado el mejor directivo del sector. Directivo y directiva...

Me llena de orgullo ese reconocimiento pero yo soy la cara de un equipo. El mérito es técnico, de un grupo de personas muy competentes y que están muy implicadas con su trabajo. El triunfo de los productos que fabricamos se visualiza en mí pero esto es un reconocimiento para Grabysur y todos los que trabajamos aquí. Los gestores no podemos hacer nada si los técnicos no triunfan y por eso cuando me entregaron este galardón dije que para poder dirigir necesitas un equipo de personas comprometidas. El éxito del directivo tiene mucho que ver con las personas que tiene que dirigir cada día.

¿Y cuál es su clave para lograr el éxito?

Hay varias, en mi opinión. El equipo debe ser competente y dejarse dirigir pero tú también tienes que entender tus incapacidades y limitaciones para saber delegar. Conocerte a ti mismo y no querer hacerlo tú todo. Es importante no exigir a las personas de tu equipo algo que no te pueden dar. Todos podemos ser brillantes en algunos aspectos pero es imposible serlo en todo. Hay que sacar lo mejor de cada persona de una forma inteligente, poniéndolo en su sitio y no en otro en el que no pueda rendir.

A Messi no lo puedes poner a defender...

No soy muy futbolera pero entiendo el papel del entrenador. En una organización hay de todo y hay que sacar partido a cada una de esas personas que forman una compañía. También te das cuenta de que algunos perfiles profesionales no tienen cabida en determinadas organizaciones.

¿Ha tenido que despedir a muchas personas?

No, en poquísimos casos. Soy consciente de que no todo el mundo tiene el mismo techo: hay quien lo tiene bajito y quien lo tiene muy alto, incluso no tiene techo. Soy muy exigente conmigo misma pero no se puede exigir lo mismo a todo el mundo.

¿Se considera con especiales habilidades para gestionar un equipo de personas por ser mujer?

Sinceramente no. Me da igual el género de las personas que trabajan conmigo, que sean hombre o mujeres. También me dan igual sus creencias religiosas o su ideología. No comprendo que una mujer deba ser tal cosa, o hacer no sé qué cosa, y un hombre otra diferente. Unas personas tienen unas habilidades y otras tienen otras, con independencia de su género.

¿Trabajan muchas mujeres en Grabysur?

Creo que estamos a la par con los hombres tanto en ingeniería como en otros perfiles, pero es un dato que me da igual.

Las cuotas también le darán igual...

Estoy absolutamente en contra de las cuotas. De todo tipo de cuotas. No creo que eso sea libertad.

El Gobierno actual quiere incentivar en las mujeres el estudio de ingenierías, porque las estadísticas reflejan que los hombres dominan estas titulaciones.

Esto me parece una tontería, como lo de las cuotas. ¿Qué va a ser lo próximo? ¿Que si no hay el mismo número de ingenieras que ingenieros, o cualquier otra carrera técnica, van a obligar a las chicas a estudiar Ingeniería o Informática? Creo que la gente debe estudiar lo que quiera, lo que le guste y lo que piense que le hará más feliz. Yo me he criado en esa libertad y creo que cualquier cambio en eso sería un retroceso. Yo estudié lo que quise y mis amigas también. Y así debe ser.

El Gobierno quiere más ingenieras o arquitectas y menos maestras y esteticistas.

¿Y por qué una chica no puede ser esteticista, si es lo que desea? ¿O un chico, por supuesto? ¿O trabajar en una tienda de ropa, si eso es lo que le gusta? ¿Por qué no? Está mal visto que no quieras estudiar una carrera universitaria pero para mí la libertad es estudiar lo que uno desee o trabajar y ganarse la vida de la manera que considere oportuna. Que cada uno haga con su vida lo que quiera. No se puede regular todo, especialmente con el tema de las mujeres y lo de la paridad. Yo creo que se están haciendo muchas regulaciones a contrapelo. También pasa con la ética, que se está perdiendo. Se quiere imponer con prohibiciones cuando la ética no se aplica con legislación.

¿Hay igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres en España?

Para estudiar seguro que sí. En la Universidad no hay ningún sesgo por género. Uno puede estudiar lo que quiera, sea hombre o mujer. Lo importante es la igualdad de oportunidades.

¿Se discrimina laboralmente a las mujeres que son madres?

Yo decidí no ser madre pero entiendo que si hubiera decidido lo contrario, mi vinculación profesional y mi dedicación a mi trabajo no sería la misma. No podemos hacer todo. Una persona que decide ser madre no puede obviar eso y, por tanto, no creo que se pueda comparar con una persona que no lo es. Como es natural, estoy totalmente a favor de facilitar las cosas laboralmente a las mujeres que sean madres, igual que a los hombres que sean padres. Pero hay que admitir que la vida de todos ellos será distinta en sus profesiones porque no se puede dejar de lado a los hijos. Al menos en mi idea de la maternidad.

Ser madre es una elección...

Últimamente parece que no. Hay que ser madre trabajadora, trabajar en la calle, trabajar en la casa, además salir a los actos y no sé cuántas cosas más. ¡Qué estrés! Yo no lo vivía cuando era más joven pero los tiempos han cambiado y ahora parece que está mal visto que no quieras llegar a determinados puestos de responsabilidad si eres madre con niños pequeños. Es obvio que la maternidad en estos casos requiere una dedicación que de algún lado tiene que salir. No es justo con las mujeres que son madres meterles esa presión de tener que triunfar en todo. Si hubiera tenido hijos, mi dedicación a ellos habría sido muy intensa y habría renunciado a determinados retos profesionales. No hubiera pretendido tenerlo todo.

Me parece que también está mal visto en ciertos sectores no querer ser madre para poder triunfar en tu profesión.

Me ha pasado en círculos de conocidos que no te entienden que no quieras ser madre, por el motivo que sea, cuando la maternidad no es ninguna obligación sino una decisión personal. Yo soy la mayor de cuatro hermanos y tal vez eso haya influido. El caso es que no tuve esa llamada de la maternidad y me considero feliz. No quiero que me comparen con una mujer que tiene tres niños pequeños que con la pandemia ha tenido, por ejemplo, los colegios cerrados. No se le pueden exigir los mismos objetivos laborales a esa mujer que a mí. La responsabilidad de las personas es eso y hay que asumir que ser madre tiene unas consecuencias. Hay que conocerlas y afrontarlas porque al final la vida es una cuestión de tiempo.

¿Le ha perjudicado ser mujer en su carrera profesional?

Jamás. Nunca he sido discriminada por ser mujer. Yo hablo por mí y respeto al que no piensa igual que yo. Sólo espero recibir ese mismo respeto.

A las mujeres que piensan así no se le suele dar mucha cancha en las televisiones ni en los medios.

Creo que se tiende a silenciarlas y veo que no siempre hay reciprocidad en ese respeto al que no piensa como tú. A mí lo de exigir la paridad como sea es como si se me exigiera ser madre. Creo en la libertad.

Premio al mejor directivo del sector aeronáutico. «El triunfo de los productos que fabricamos se visualiza en mí pero esto es un reconocimiento para Grabysur y todos los que trabajamos aquí»

Grabysur es la única empresa en España que suministra paneles iluminados de visión nocturna a la división militar de Airbus.

Sí. Habría que ir a Francia para encontrar una empresa que los haga. Y ya hemos empezado a fabricar instrumentos de navegación. En simulación hacemos todo tipo de intrumentación de vuelo a nivel máximo. No hemos tenido un momento de respiro pero es verdad que estamos bien posicionados. Y el mayor orgullo es que un cliente te muestre su satisfacción por la calidad del producto que le has vendido.

El confinamiento por el coronavirus ha afectado muchísimo al sector aeronáutico.

Nosotros estamos en un parón de fabricación pero nos ha ayudado que nuestro negocio está en la aviación militar. Los efectos en la aviación civil han sido desastrosos.

¿Han hecho algún Erte?

No, incluso hicimos contratos en plena pandemia. También captamos dos clientes europeos nuevos. Hasta en una crisis como ésta se pueden presentar oportunidades.

¿El coronavirus ha traído algo bueno?

Siempre hay oportunidades. Para quien haya estado en la «sopa boba» no las habrá porque no tendrá capacidad de reacción para aprovecharlas. Con el cierre de fronteras creo que nos ha demostrado que no se puede tener la producción fuera de Europa. Esos clientes nuevos de los que hablaba nos buscaron a nosotros.

¿La «sopa boba» es un freno?

Es la falta de esfuerzo. En educación se ha perdido la mitad de curso y se ha decidido que todo el mundo pase al siguiente nivel. Yo creo que eso no es efectivo porque no se ha podido adquirir los conocimientos para pasar a ese nivel. Si yo no puedo acabar mi panel por culpa de la pandemia no puedo entregarlo sin terminar o en unas condiciones no aptas para volar en un avión. Tendré que retrasar la entrega para tenerlo bien terminado. Todo se prorroga pero no se ha querido hacer con el curso. ¿Y qué es lo siguiente? Con esto pasa igual que con el género. Si un chico que no está preparado, por la razón que sea, le dan el título: ¿es justo que compita con las mismas oportunidades por un puesto de trabajo en la Administración o en una empresa privada con otro que se ha esforzado y lo obtuvo merecidamente? A mí me parece injusto. Esto va de esforzarse y el éxito debe ir de la mano del esfuerzo.

¿Observa demasiada relajación en nuestros estudiantes, incluso en los universitarios?

El año pasado participamos en el foro Espacio de Sevilla. Se le ocurrió a alguien del Ayuntamiento hablar con las universidades para que los alumnos de los últimos años de ingeniería espacial presentaran un pequeño proyecto y las empresas le ofrecieran al mejor unas prácticas laborales. Pues la técnico del Ayuntamiento que organizó esto con su mejor intención me dijo desolada que ni a los profesores de la universidad ni a la mayoría de los alumnos les parecía buena idea presentarse para realizar unas prácticas laborales. Al parecer, lo primero que preguntaron era cuánto iban a cobrar y por cuánto tiempo. No preguntaron lo que podían aprender. Nosotros tuvimos la suerte de que se presentó un chico muy brillante y pudimos tenerlo con nosotros unos meses. Pero los alumnos que se presentaron se podían contar con los dedos de una mano. Creo que muchos estudiantes ignoran que el trabajo sale de estar trabajando, no de estar en paro. Meter la cabeza en una empresa es muy importante y de ahí siempre sale trabajo.

Muchos jóvenes muy preparados se tienen que ir a trabajar fuera de España.

Sí. Y sospecho que en muchas ocasiones en condiciones no muy buenas o no mucho mejores que las que les ofrecen aquí. Creo que hasta los propios padres les desaniman a aceptar unas prácticas y les dicen que ellos valen mucho y que no deben coger una beca en la que les paguen poco. Creo que habría que cambiar esa mentalidad tanto en las escuelas como en las casas. Es cierto que hay fuga de talentos de jóvenes muy brillantes que no tienen oportunidades en España; pero también hay otros que no parecen muy interesados en iniciar su carrera laboral si no les dan determinadas condiciones.

¿Se han perdido valores?

Sí, y en muy poco tiempo. El esfuerzo, por supuesto. Y ese espíritu de someterte a una disciplina, a un horario, a un profesor o a un jefe. Pienso que si no aceptan las normas que les ponen en casa sus padres, cómo van a poder hacerlo en una empresa.

Pero hay jóvenes que no son así.

Sí, por supuesto. Y tenemos a varios aquí muy brillantes y comprometidos. Pero cuesta trabajo encontrarlos. Yo entiendo que cuando eres joven, tienes inquietudes y, aunque tuvieras gloria bendita aquí, que tampoco es el caso, quieras salir fuera y trabajar en otros sitios. Yo he tenido a jóvenes extraordinarios que sabía que se irían de aquí porque tenían que crecer. Y yo los animé a hacerlo, a que se fueron a empresas más grandes, a Barcelona o a Alemania. Y eso forma parte del posgrado y debería estar regulado en la Unión Europea para enriquecernos todos.

«Se han perdido valores en muy poco tiempo en España. El esfuerzo y la disciplina son algunos de ellos. Si no se aceptan las normas que hay en casa, cómo se van a aceptar las de una empresa»