Fernando Alberca, Director del Think Tank de innovación educativa de la Asociación de Empresarios del Sur de España, CESUR, es una reconocida autoridad en el sector educativo donde además de ejercer como profesor de la ESO, orientador de un Centro de Primaria y Secundaria y ser Profesor del Centro de Magisterio de la Universidad de Córdoba, ha escrito varios libros, entre los que destaca "Hijo, tú vales mucho. Claves para mejorar su autoestima".

Después de toda la trayectoria en el mundo educativo, ¿considera que la educación ha mejorado en los últimos años? 

En términos generales en absoluto. Hay profesionales docentes desde Infantil hasta la Universidad que han mejorado mucho las prácticas docentes, la metodología, la visión personal e integral de los alumnos, atendiendo a sus diversidades, la de cada alumno. Pero por un lado nuestro sistema educativo, con carencias tan importantes como la ignorancia de la parte más humana residente en nuestro hemisferio cerebral derecho (creatividad, imaginación, sentimientos, intuición, relación emocional, síntesis…) o una necesaria renovación de contenidos y sistema evaluativo, siendo cada día un sistema más deshumanizado, manipulativo, muy poco eficaz; y por otra parte, hay hoy aún praxis docentes extendidas en todas las comunidades autónomas incoherentes con lo que hoy sabemos de cómo aprende, cómo se motiva el ser humano y cómo se puede hacer brillar el talento que esconde TODOS los alumnos, haciéndose justo lo contrario a diario en nuestras aulas y recreos. 

¿Qué cree que tiene que cambiar el sistema educativo español? 

Prestigiar la profesional docente socialmente (mediante medidas efectivas), actualizar los contenidos (aprender a leer, escribir y hablar mejor y otros muchas aprendizajes necesarios que no se enseñan como por ejemplo cómo estudiar, investigar, hallar las mejores preguntas antes de las mejores respuestas, discriminar información...); criterios de evaluación y nuevos registros más completos y justos de indicadores del trabajo, esfuerzo, conocimiento, aprendizaje, capacidades y destrezas; mejorar la formación del profesorado adecuándola a la neuropedagogía y psicología actual; implantar una relación personal mucho más positiva entre los agentes principales de la educación (familia-alumnado-profesorado fundamentalmente); entre otras necesidades que todos merecemos: profesionales, familias y alumnado. 

¿Qué papel juegan las nuevas tecnologías en la educación de los más pequeños? 

Son un buen instrumento para presentar de un modo visual y estimulante a los alumnos muchos de los aprendizajes que necesitan adquirir. Pero son solo un medio: como el papel hace unos años, las tablillas antes o el papiro en Egipto. 

¿Están los centros educativos adaptándose correctamente a las TIC para contribuir al adecuado desarrollo de los alumnos? 

No, la mayoría de TIC se emplean con mentalidad de los años 70. En lugar de en pizarras verdes de tiza se escribe en una pdi blanca, pero las nuevas tecnologías lo que nos ofrece es la oportunidad de llegar a cambiar la perspectiva, humanizándola, poniendo al alumno-persona (es decir: inteligente, libre, con voluntad, capacidad de cambio, capacidad de amar y enamorarse de una materia que aprender) en el centro como receptor y protagonista de la acción docente… Son instrumentos muy útiles en manos de quien sabe qué debe lograr con ellas y cómo hacerlo. 

¿Qué hay que transmitirles a los estudiantes sobre estas tecnologías que están surgiendo cada vez con más fuerza? 

Que son perjudiciales o beneficiosas en función de cómo y para qué se empleen. Como la información que les acerca: deben aprender a discriminarla, porque lo que encuentran un día en internet (por ejemplo, quién escribió La bella durmiente) puede llevarles a hacer un trabajo equivocado calificable de 0 o de 10, según la página que consulten. 

En el plano de la autoestima y en relación con su libro, ¿cree que estamos ante una generación de alumnos con la autoestima más baja en los últimos años? 

Así es. Y de ella cuelgan grandes logros que deseamos para nuestros hijos y comportamientos que deseamos para todos. La adecuada autoestima logra ser positivos, reconocer los propios defectos y aciertos, pensar en los demás, tener personalidad, seguridad, querer hacer lo que no apetece, ser realista, autónomos, creativos, tener ilusiones, disfrutar con lo que ocurre cada día, aprender de los errores, aumentar la creatividad, sacar brillo al talento, mantener la salud emocional, evitar miedos, manías y adicciones, evitar la vanidad, desarrollar habilidades sociales, evitar la violencia, tolerar a quienes viven y piensan de forma diferente, valorar lo que se tiene, querer más a más personas, ser capaz de esforzarse, vivir con mayor placer, satisfacción e intensidad, ser más feliz y hacer más felices a más personas. ¿No es suficiente para tomarnos más en serio la autoestima de la que carecen la mayoría de los niños y adolescentes y gran parte de los adultos? 

¿Cuáles son, según usted, las claves necesarias para aumentar la autoestima de los niños? 

En el libro Hijo, tú vales mucho, desarrollo en 36 capítulos con 26 casos reales muchos de los aspectos con los que puede lograrse esa autoestima deseada y que debemos procurar para los hijos, alumnos o personas queridas, con independencia de su edad. Pero si tuviera que sintetizar algunos consejos, diría, siendo más positivos que negativos a lo largo de cada día, escuchándole más que hablándole, mirarle con admiración y enseñarle dónde vemos 35 puntos fuertes que le observamos, confiar, esperar, no perder la paciencia hasta que madure e intentar demostrarle con la propia vida que la felicidad es compatible con los problemas y que de cualquier circunstancia puede sacarse algo bueno. Saber cómo hacerlo y por dónde empezar, es parte de lo que pretende lograr este libro. 

¿Cómo tienen que actuar los padres si un hijo tiene un problema de este tipo? 

En uno de los últimos capítulos de Hijo, tú vales mucho se recogen 41 acciones que aumentan directamente la autoestima de un hijo, por las que puede empezarse de una forma muy concreta y efectiva. Animo a leerlo. Desde la primera página hasta la última he pretendido ofrecer consejos muy prácticos y aplicables por todos. La autoestima es una necesidad que así lo exige. 

¿Tienen que cambiar los profesores su forma de dar clase para enfocar el problema de la confianza y la autoestima? 

Naturalmente. Necesitamos profesores más humanos que traten más humanamente a sus humanos alumnos. No basta las intenciones ni los nobles fines, sino modos y métodos igualmente nobles y coherentes. Algunos de los cambios que propongo pueden encontrarse en el prólogo que escribí para el libro Otra educación, de Jesús Poyato, recientemente publicado. 

Cada vez salen a la luz más casos de bullying, ¿cómo considera que hay que pararlos? 

Sabemos que con educación. Pero concretaría que con una autoestima más sana. La violencia tanto doméstica como escolar está estrechamente relacionada con la baja autoestima. Detrás de un violador, un corrupto, un maltratador o un acosador hay un niño y adolescente que creció con baja autoestima, que sin ser excusa, nos da la pista de cómo evitar estos comportamientos. Pero me temo que debemos comenzar con urgencia lo que aún no hemos iniciado a este respecto, porque no se trata de hablar de valores, los valores nos e educan con palabras, ni la autoestima se sube simplemente con halagos y menos cuando estos se basan en falsedades. Erradicar el bulling que no deja de crecer y lo hará en los próximos diez años, es en realidad posible o minimizarlo hasta lo anecdótico y residual; subir la autoestima de los alumnos en la escuela y de los hijos en la familia es la primera pieza que debemos asegurar para lograrlo.