·       NECESITAMOS UN GOBIERNO QUE INSPIRE CONFIANZA Y TRACE UN PLAN ESTRATÉGICO CLARO Y COHERENTE

Sevilla.  Mayo de 2020-05-21

Dirigimos esta carta a todos los medios de comunicación y a la opinión pública en general, con el ruego de su publicación, para que se oiga la voz de unos empresarios comprometidos con la sociedad y el bien común, que se están dejando, junto con sus empleados, la salud y también su patrimonio, para mantener la actividad de las empresas, los puestos de trabajo y recuperar el tiempo de inactividad al que se han visto obligados en favor de la salud general.

Se hace preciso del Gobierno de la nación y de las demás administraciones la definición de una estrategia clara y coherente que, basada en la racionalidad económica, genere confianza y fomente la actividad, única vía para mantener la protección social y apuntalar el estado del bienestar. La actividad económica y el empleo no pueden recuperarse si los agentes económicos no disponen de un marco de referencia estable. De otra forma, este país no saldrá adelante, y el sacrificio de miles y miles de empresarios, profesionales y trabajadores habrá sido en vano.

A modo de ejemplo, consideramos necesarias las siguientes medidas:

1.- Hay que mantener a toda costa el tejido productivo, y por eso, determinadas medidas positivas, han de agilizarse, como la tramitación de los ERTES y de los avales del ICO a las empresas. Hay demasiados empleos afectados por ERTEs que, después de dos meses, no han recibido ningún ingreso por colapso o falta de liquidez del organismo correspondiente. Y lo mismo cabe decir de las solicitudes de créditos con avales ICO.

2.- No deben adoptarse medidas con carácter permanente, aumentando el gasto estructural, que puedan comprometer la ayuda solidaria que reclamamos a las instituciones europeas.

3.- Las medidas positivas adoptadas precisan de un marco temporal más amplio y claro, como la moratoria hasta junio de los ERTES o los aplazamientos de impuestos

4.- La deuda pública del Estado está creciendo a un ritmo exponencial, hipotecando el futuro de todos los españoles y las generaciones venideras a pesar de años de muchas privaciones y reducción de gastos en general. Es evidente que el Estado requiere de nuevos ingresos para soportar los gastos de esta crisis, pero su financiación no puede realizarse a través de un sistema tributario que menoscabe la actividad económica, sino muy al contrario, que la fomente, mejorando así la recaudación. En todo caso, si se pide un esfuerzo impositivo mayor a los españoles en general, y a las empresas en particular, queremos saber en qué se van a gastar. Y si tiene sentido ese gasto. Si la economía no se reactiva inmediatamente y con fortaleza y empuje, será imposible que los españoles y las empresas podamos hacer frente a nuevas alzas impositivas.

5.- El sector turístico debería contar con menos restricciones operativas para su recuperación. Y perfectamente compatibles con preservar la salud de sus trabajadores y turistas. Las duras restricciones al turismo, mayores que otros países competidores, puede dañar no sólo la presente temporada turística, sino también las venideras.

6.- No procede, bajo ningún concepto, cambiar leyes tan importantes como la Laboral, en un momento de crisis. Y menos, el actual. Absolutamente en línea con la CEOE y CEPYME.

7.- El Gobierno tiene la obligación de generar confianza y más en situaciones de crisis, siendo la actual la más grave desde que la memoria de los españoles recuerda. Se hace necesario un planteamiento estratégico a corto y medio plazo -ahora inexistente- con rigor, ajustado a la lógica económica, transparente y colaborativo. Créanos cuando decimos que no hace falta la ideología para resolver estos problemas.

8.- Se precisa, igualmente, de un grupo de expertos independientes y de reconocido prestigio en sus respectivas materias, para garantizar un plan de reconstrucción económico y social de España, viable y sólido.